domingo, 2 de octubre de 2011

Choque de un meteorito con la Tierra (dinamica celeste)

Hace 65 millones de años la Tierra cambió de forma repentina, muchas especies desaparecieron, plantas, animales terrestres y marinos y sobre todo, los grandes dinosaurios. Sin embargo, los pequeños mamíferos sobrevivieron. El posible causante de tal desastre sería el choque de un gran meteorito en la península del Yucatán (Méjico) cuyas características se han estimado en:
  • diámetro de 10 a 14 km,
  •  densidad de 1300-3400 kg/m3
  • velocidad de 20-25 km/s
La Tierra describe una órbita casi circular de excentricidad ε=0.0167. Los cálculos demuestran que un impacto de esta magnitud no es suficiente para alterar la excentricidad de la órbita de la Tierra. En esta página, se describe una hipotética situación de choque entre un meteorito y la Tierra.

Choque de un meteorito con la Tierra inmóvil

Primero, vamos a resolver un problema sencillo que se plantea habitualmente en un curso de Física General:
Supongamos la Tierra de masa M y radio R inmóvil en el espacio, un meteorito de masa m<<M se mueve en la dirección radial hacia el centro de la Tierra con velocidad v0 cuando está a una distancia r0>R. Determinar
  • La velocidad v del meteorito justamente antes del impacto.
  • La velocidad V del conjunto después del choque inelástico entre la Tierra y el meteorito.
Para resolver el problema supondremos que la masa m del meteorito es pequeña comparada con la masa M de la Tierra, es decir, la fuerza de atracción del meteorito sobre la Tierra no causa un movimiento apreciable de ésta.
La fuerza de atracción es conservativa, por lo que la energía total del meteorito permanece constante.
Los datos son v0 y r0 y la incógnita es la velocidad v del meteorito justamente antes del choque con la Tierra.
La Tierra y el meteorito forman un sistema aislado, aplicando el principio de conservación del momento lineal,
m·v=(m+M)V
obtenemos la velocidad del conjunto Tierra-meteorito después del choque, y la parte de la energía cinética del meteorito que se ha trasformado en energía interna del conjunto.
Ejemplo
Un meteorito de m=2·107 kg de masa se dirige desde el espacio exterior hacia la Tierra. Su velocidad a una distancia de r0=3.8·107 m del centro de la Tierra es v0=30 km/s. Calcular:
  •  La velocidad con la que llega a la superficie de la Tierra (se supone que la Tierra permanece inmóvil antes del choque)
  • La velocidad del conjunto Tierra-meteorito después del choque
  • La energía cinética del meteorito transformada en energía interna del sistema.
Datos:
  • Masa de la Tierra, M=5.98·1024 kg
  • Radio de la Tierra, R=6.37·106 m
  • Constante, G=6.67·10-11 Nm2/kg2
Resultados:
  • La velocidad con que llega el meteorito a la superficie de la Tierra, v=31689.7 m/s, y su energía cinética es Ek=1.0·1016 J
  • Velocidad del conjunto después del choque, V=1.06·10-13 m/s
  • Energía cinética transformada en energía interna es Q=1.0·1016 J.
Prácticamente, toda la energía cinética del meteorito se transforma en energía interna, el centro de masas de la Tierra apenas se ve afectado por el choque, su velocidad no cambia apreciablemente.

La NASA advierte terrible lluvia de meteorito en 2011

Puede afectar los satélites de las comunicaciones, la navegación y la televisión.
 
La NASA advierte que para octubre del año próximo las Dracónidas, una lluvia de meteoritos que ocurre cada otoño, serán catastróficas para la flota de satélites, sondas y construcciones humanas que orbitan alrededor de la Tierra. Se tiene previsto que serán bombardeadas con tal intensidad que podría afectar seriamente a la mayoría de dispositivos que circulan por el espacio. Será un bonito espectáculo desde nuestra casas pero un peligroso avatar para los satélites, según público Neoteo, en su página web.
Para nosotros, el espectáculo de observar una lluvia de meteoritos representa una oportunidad única de admirar la fascinante belleza del espacio exterior. Sin embargo, el año 2011 se convertirá en una época de alto riesgo para todos los artefactos de diseño humano que pululan por la órbita de nuestro planeta. Normalmente, los bólidos no pasan de ser una maravilla visual para aquellos que los admiramos desde la superficie del planeta, pero cada cierto tiempo, la cantidad de meteoritos que sobrevienen hacia nosotros aumenta de modo dramático y pueden ser una incómoda fuente de problemas para los satélites que permanecen expuestos al impacto de estos pequeños misiles interestelares.
El calendario de lluviasde meteoritos nos sitúa en el 8 de octubre del 2011, que será el día que las Dracónidas caigan sobre el planeta como una lluvia de balas incendiarias, muy bonitas desde nuestra perspectiva de observadores, pero muy dañinas desde el punto de vista de los aparatos en órbita. Esta lluvia de meteoritos nos visita cada otoño, pero el año que viene toca una de las gordas, similares a las ocurridas en 1985 y en 1998. La intensidad de esta lluvia se prevé tan fuerte y que podría durar 7 horas. La NASA ya está pensando en reorientar la Estación Espacial Internacional para resistir la brutal acometida que se le viene encima. La plataforma cuenta con un escudo protector para evitar este tipo de bombardeos siderales, pero la potencia de las próximas Dracónidas hace temer que no va a ser suficiente para detener los letales impactos de los bólidos.
William Cooke, del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA (Huntsville, Alabama) dijo que los expertos predicen un fortísimo estallido de las Dracónidas, en forma de una gran tormenta y que se espera un pico de varios cientos de “moscardones” espaciales por hora.

Efectos de las Dracónidas

Las Dracónidas normalmente son muy débiles pero en 2011 arrasarán aparte de la estación espacial, telescopios tan frágiles como el Hubble también se podrían ver afectados por la riada de partículas asesinas que se le avecina. Las caminatas espaciales también podrían ser prohibidas hasta que la amenaza desde el río de partículas de roca haya pasado. Para los satélites, incluidas las que proporcionan servicios vitales como las comunicaciones, navegación vía satélite y la televisión, se piensa en cómo capear el temporal. Aparte del peligro físico que puede provocar el bombardeo, las descargas electrostáticas pueden freír sus componentes electrónicos vitales. El caos que provocaría esta lluvia de bólidos puede llegar a ser enorme. Solo hay que imaginar que sucedería si los GPS se quedan sin funcionamiento, los teléfonos sin línea o las televisiones sin emisión.

 
 Lluvia de meteoritos grabado en vivo en Bolivia


Fuente: La otra realidad

Impacto de Meteoritos

Continuamente caen meteoritos sobre la Tierra, pero sólo unos 150, los más grandes, llegan a chocar contra tierra firme, al haber resistido al rozamiento de la atmósfera. De ahí, que sólo se puedan recuperar 10 de ellos. Hace 3900 millones de años, la Tierra y la Luna recibieron el impacto de una tormenta de meteoritos procedente del cinturón de asteroides. Este hecho no es inusual, ya que se estima que cada 1.300 años, un asteroide de grandes dimensiones pasa cerca de nuestro planeta.
  Recreación del posible impacto del meteorito Apofis en el año 2036… Asteroide Apofis
El viernes 13 de abril de 2029, el asteroide 2004 MN4, también denominado Apofis por la representación de las fuerzas maléficas en la mitología egipcia, pasará a tan sólo 30.000 kilómetros de la superficie de nuestro planeta, según cálculos del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA (los satélites geoestacionarios de comunicaciones, por ejemplo, están situados a una altitud de unos 36.000 kilómetros).
Según sus estimaciones, el objeto alcanzará una luminosidad de magnitud 3’3, es decir, similar a la estrella más débil de la Osa Mayor y, por lo tanto, visible a simple vista) mientras se esté moviendo hacia el noroeste cruzando el Sextante y Cáncer a una velocidad de 42º por hora.
Con un diámetro estimado de 320 metros, el asteroide 2004 MN4, la energía de su impacto sería de unos 880 megatones, es decir, 15 veces más potente que la mayor bomba de hidrógeno jamás probada, y unas 90 veces más potente que el fenómeno de Tunguska en 1908 (posible desintegración de un cometa en la atmósfera terrestre).

A su vez, si Apofis atravesase una pequeña región del espacio o ventana espacial de 600 metros cuadrados, la acción de la gravedad de la Tierra modificaría su órbita haciendo que éste chocase contra la Tierra en el 2036. Los efectos exactos de este choque variarían según su composición, lugar de impacto y ángulo de incidencia. Provocarían la total destrucción de varios kilómetros a su alrededor, terremotos locales, tsunamis de centenares de metros si cayese en el océano, la iniciación de un invierno global…

Fuente: Cienciapopular

Descubren el origen de los meteoritos que impactan la Tierra

La mayoría procede de asteroides rocosos, según los resultados de la sonda japonesa Hayabusa


Los científicos han visto de cerca por primera vez el polvo de un pequeño asteroide rocoso que fue extraído y transportado a la Tierra por la sonda Hayabusa. El análisis de estas partículas de polvo confirma las sospechas de los expertos: los meteoritos más comunes hallados en la Tierra, conocidos como condritas ordinarias, proceden de estos asteroides rocosos o de tipo S, que representan alrededor del 17% de estos cuerpos del Sistema Solar. 

La sonda fue capaz de recoger una pequeña cantidad de partículas de polvo. 

 La revista Science destaca, en su último número, los primeros estudios sobre el polvo de asteroide encontrado por la sonda Hayabusa, lanzada por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) en 2003 para tomar muestras de la superficie del asteroide cercano a la Tierra conocido como 25143 Itokawa. La nave sin tripulación llegó a su destino algo más de dos años después.

La sonda fue capaz de alcanzar la superficie del asteroide con un mecanismo elástico de muestreo y de recoger una pequeña cantidad de partículas de polvo que se levantaron. Cuando la sonda volvió a entrar en la atmósfera terrestre y aterrizó en Australia Meridional en junio de 2010, varios equipos de científicos comenzaron a analizar las frágiles muestras exhaustivamente.

Los resultados, publicados esta semana, revelan que el asteroide del que la sonda Hayabusa tomó las muestras es de tipo S, cuya apariencia es similar a la de un montón de escombros.
Los científicos piensan que este tipo de asteroides, localizados en el cinturón interior y medio del Sistema Solar, son los responsables de la mayoría de los pequeños meteoritos que impactan sobre la Tierra con regularidad.

“Este polvo de la superficie del asteroide Itokawa será una especie de piedra Rosetta para los astrónomos”, explica Michael Zolensky, coautor de uno de los estudios e investigador del Centro Espacial Johnson de la NASA, en Texas (EE UU). “Ahora que comprendemos la composición química de la muestra de la sonda, podemos cotejarla con los meteoritos que impactaron sobre la Tierra y determinar de qué asteroides provienen las condritas”.

Las muestras de la Hayabusa son las primeras procedentes de un asteroide. No solo aportan información sobre la historia del asteroide Itokawa, sino que hacen que otras muestras importantes, como las meteóricas o lunares, sean incluso de más utilidad.

Las muestras de la Hayabusa son las primeras procedentes de un asteroide. Así, otro de los trabajos, liderado por Takaaki Noguchi, de la Universidad de Ibaraki, en Mito (Japón), apunta a la diferencia química entre el polvo lunar y las muestras del Itokawa como una de las razones por las que los astrónomos no habían podido hasta ahora relacionar de forma concluyente las condritas ordinarias con los asteroides de tipo S.  

Fuente: Tendencias cientificas

LA NASA ENCUENTRA BASES DE ADN EN METEORITO

El origen de la vida en la Tierra sí pudo surgir de una fuente espacial, al menos eso lo confirma el primer hallazgo de científicos de la agencia espacial estadounidense de nucleótidos, las moléculas base que forman al ADN, en meteoritos y cometas que analizó el equipo del Centro Aeroespacial Goddard.

"Se han descubierto componentes de ADN en meteoritos desde 1960, pero los investigadores no estaban seguros si realmente provenían del espacio o si se encontraban en estas piezas por contaminación de vida terrestre. Por primera vez, tenemos tres líneas que nos dan confianza para afirmar que estos bloques constructores de ADN se crearon en el espacio", dijo Michael Callahan autor principal del artículo que habla del hallazgo y se publica en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.

El descubrimiento muestra que las reacciones químicas que ocurren en asteroides y cometas son capaces de generar nucleótidos, la base para que se formen moléculas biológicas, destacó la NASA en su página web.

El equipo del Centro Goddard detectó guanina y adenina, dos bases de ADN, en 12 meteoritos recolectados en la Antártida, así como hipoxantina y xantina, que no forman a esta macromolécula pero que actúan en otros procesos biológicos.

Además en dos meteoritos encontraron por primera vez trazas de tres moléculas relacionadas con bases nitrogenadas: purinas, 2,6 diaminopurina-, y el 6,8 diaminopurina; los dos últimos casi no se usa en la biología. Estos compuestos tienen cómo núcleo el mismo de las nucleobases, pero con una estructura de agregados, informó la NASA.

Estas moléculas nucleobase relacionados, llamados análogos de nucleobase, son las que proporcionan, por primera vez, evidencia de que los compuestos en los meteoritos vinieron del espacio y no de la contaminación terrestre.

"No se espera ver estas nucleobases análogas si provinieran de contaminantes de vida terrestre, porque no son comunes. Sin embargo si su fuente son asteroides que se comportan como fábricas químicas de materiales prebióticos, sí se pude esperar que produzcan muchas variantes de bases nitrogenadas, no sólo biológicas, debido a la gran variedad de ingredientes y condiciones de cada asteroide", dijo Callahan.

¿Cómo están tan seguros?

La segunda evidencia que confirma la hipótesis de los investigadores de la NASA de que las moléculas provienen del espacio es que el equipo también analizó hielo de la Antártida donde la mayoría de los meteoritos analizados se encontraron, con los mismos métodos utilizados en los meteoritos.

Las cantidades de las dos bases nitrogenadas, además de hipoxantina y xantina, que se encuentra en el hielo eran mucho más bajos - partes por trillón - que en los meteoritos, donde se presentan generalmente en varias partes por mil millones.

Más importante aún, ninguno de las nucleobases análogas se detectaron en la muestra de hielo. Uno de los meteoritos con nucleobase moléculas análogas cayó en Australia, y el equipo también analizó una muestra de tierra recogida cerca del lugar de caída. Al igual que con la muestra de hielo, la muestra de suelo no tenía ninguna de las moléculas de nucleobase analógicos presentes en el meteorito.

Además los investigadores produjeron en el laboratorio las bases nitrogenadas, tanto las biológicas como las análogas, asemejando la posible reacción que ocurrió en estos cuerpos celestes.

"En el laboratorio, un conjunto idéntico de bases nitrogenadas y los análogos de nucleobase se generaron en las reacciones químicas no biológicas que contienen cianuro de hidrógeno, amoníaco y agua. Esto proporciona un mecanismo plausible para su síntesis en el cuerpo asteroide padre, y apoya la idea de que son extraterrestres. De hecho, parece que hay una clase de "Ricitos de Oro" de meteoritos, la llamada CM2 meteoritos, donde las condiciones son las adecuadas para hacer más de estas moléculas", dijo Callahan.

VIDEO

 


Fuente: Chaba

Recuperación de meteoritos

Caídas


La mayoría de las caídas se recobran por avistamientos de las bolas de fuego o el descubrimiento del impacto en los suelos. Sin embargo, un pequeño número de estos se ha podido avistar con cámaras automáticas y se ha recobrado siguiendo una ruta calculada para el punto de impacto. El primero de estos fue el meteorito de "Pribram", el cual cayó en Checoslovaquia (ahora la República Checa) en 1959.[8] En este caso, se usaron dos cámaras para fotografiar meteoros y capturaron imágenes de la bola de fuego. Las imágenes fueron usadas para determinar la ubicación de las rocas en el suelo y más significativamente, para calcular por primera vez una órbita aproximada de un meteorito recuperado.
Después de la caída de Pribram, otros países establecieron programas de observación automatizada teniendo como objetivo estudiar el ingreso de los meteoritos. Uno de éstos fue la Red Prairie (Prairie Network), operada por el Observatorio Astrofísico Smithsoniano a desde 1963 hasta 1975 en el oeste de los EEUU, este programa también observó una caída de meteorito, el "Lost City chondrite", permitiendo su recuperación y un cálculo de su órbita.[9] Otro programa fue creado en Canadá, el Proyecto de Observación y Recuperación de Meteoritos (Meteorite Observation and Recovery Project) funciono de 1971 a 1985. Este también recuperó un solo meteorito, el Innisfree, en 1977.[10] Finalmente, observaciones operadas por la Red Europea de Bólidos (European Fireball Network, descendiente del programa Checo original que recuperó el Pribram), consiguió calcular y descubrir el meteorito de Neuschwanstein en 2002.[11] Recientemente la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos ha recuperado los meteoritos Villalbeto de la Peña y Puerto Lápice, las últimas dos caídas acaecidas en España [12] . Precisamente del estudio del vídeo y las fotografías obtenidas de la bola de fuego que produjo la caída del meteorito Villalbeto de la Peña también se obtuvo la órbita en el Sistema Solar[13] .

Hallazgos

Hasta el siglo veinte, tan sólo algunos hallazgos de cientos de meteoritos habían sido realizados. De estos, el 80% fueron meteoritos metálicos y metalo-rocosos, que se distinguen fácilmente de las rocas terrestres. Hasta hoy día, se descubren cada año pocos meteoritos rocosos que se puedan considerar como hallazgos "accidentales". Ahora existen más de 30.000 hallazgos de meteoritos en las colecciones del mundo que comenzaron con los descubrimientos de Harvey H. Nininger.

Los grandes llanos de Estados Unidos


La estrategia de Nininger para buscar meteoritos fue buscar en los grandes llanos de los Estados Unidos, en donde la tierra fue en gran parte cultivada y el suelo contenía muy pocas rocas. Entre los años 20 y los 50, él viajó a través de la región, educando a la gente local sobre como lucían los meteoritos y qué hacer si ellos encontrasen uno; por ejemplo, durante el periodo de despejar un campo. El resultado fue el descubrimiento de más de 200 nuevos meteoritos, sobre todo del tipo pedregoso.[14]
Al final de los años 60, los grandes llanos del condado de Roosevelt en Nuevo México fueron un lugar particularmente bueno para encontrar meteoritos. Después del descubrimiento de algunos meteoritos en 1967, una campaña de conciencia pública dio lugar al hallazgo de casi 100 nuevos especímenes, donde muchos fueron encontrados por una sola persona, el Sr. Ivan Wilson. En total, fueron encontrados casi 140 meteoritos en la región desde 1967. En el área de los hallazgos, la tierra fue cubierta originalmente por una capa de tierra suelta. Durante un periodo de erosión, el suelo flojo fue descargado, saliendo de él todo tipo de rocas y meteoritos que estaban presentes en la superficie.[15]

Antártida

Entre 1912 y 1964, los grupos de búsqueda en la Antártida encontraron algunos meteoritos. Posteriormente, en 1969 la "Décima Expedición de Investigación Antártica Japonesa" encontró nueve meteoritos en un campo de hielo azul cerca de las montañas de Yamato. Con este descubrimiento, se descubrió que el movimiento de las hojas del hielo pudo actuar para concentrar los meteoritos en ciertas áreas. Después de que en 1973 fuese encontrada en el mismo lugar una docena de otros especímenes, se lanzó una expedición japonesa en 1974, dedicada a la búsqueda de meteoritos. Este equipo recuperó casi 700 meteoritos. Un poco después, los Estados Unidos comenzaron su propio programa para buscar meteoritos antárticos, operando a lo largo de las montañas Transantárticas en el otro lado del continente: el ANSMET (ANtarctic Search for METeorites, Búsqueda de Meteoritos en la Antártida). A finales de los ochenta, también los equipos europeos (comenzando con un consorcio llamado "EUROMET"); y la continuación de un programa italiano, el "Programma Nazionale di Ricerche in Antartide" también llevaron a cabo búsquedas sistemáticas de meteoritos antárticos. Recientemente, un programa chino, la Exploración Científica Antártica de China, ha conducido búsquedas altamente exitosas de meteoritos desde el año 2000. Los esfuerzos combinados de todas estas expediciones han producido más de 23.000 especímenes de meteoritos clasificados desde 1974, sin contar los millares que aún no se han clasificado. Para más información vea el artículo de Harvey (2003).[16]

Australia

Al mismo tiempo que las concentraciones de meteoritos eran descubiertas en el frío desierto de Antártida, los coleccionistas descubrieron que también podían ser encontrados muchos meteoritos es el cálido desierto de Australia. Algunas docenas de meteoritos se han encontrado en la región Nullarbor del oeste y sur de Australia. Entre 1971 y el presente búsquedas sistemáticas han recuperado 500 o más,[17] de los cuales aproximadamente 300 están bien clasificados. Los meteoritos pueden ser encontrados en esta región debido a que el suelo presenta una planicie cubierta de roca moldeada. En un clima extremadamente árido, ha habido relativamente muy poca sedimentación sobre la superficie por decenas de miles de años, permitiendo que los meteoritos se acumulen sin que sean enterrados o destruidos. Los meteoritos oscuros entonces pueden ser reconocidos entre los más pálidos guijarros y rocas terrestres.

El Sahara y la creciente comercialización

Entre 1986 y 1987, un equipo alemán que instalaba estaciones sísmicas para la exploración de mantos petrolíferos descubrió 65 meteoritos en una planicie del desierto a cerca de 100 km al sureste de Dirj (Daraj), Libia. Este fue el primer indicio de que un vasto número de meteoritos podían ser encontrados en ciertas partes del Sahara. Unos años más tarde, un ingeniero anónimo que era un fanático del desierto observó algunas fotografías de meteoritos encontradas en la Antártida, y recordó haber observado rocas similares en zonas que había recorrido al norte de África. En 1989, regresó a Argelia y recobró cerca de 100 meteoritos de por lo menos 5 localidades. En los siguientes 4 años, él y otros seguidores encontraron por lo menos 400 meteoritos más en las mismas locaciones, y en algunas nuevas áreas en Argelia y Libia. Los lugares donde encontraron los meteoritos eran en zonas conocidas como regs (desiertos) o hamadas, que son áreas planas cubiertas tan sólo por guijarros y pequeñas cantidades de arena.[18] En estos lugares, los meteoritos oscuros pueden ser avistados fácilmente, donde se han preservado muy bien debido al clima árido.
Aun cuando los meteoritos habían sido vendidos comercialmente y recogidos por aficionados durante muchas décadas, hasta la época de los hallazgos de Sahara a final de los '80 y principio de la década de los 90, la mayoría de los meteoritos fueron depositados o comprados por los museos y las instituciones similares donde fueron exhibidos y se hicieron disponibles para la investigación científica. Sin embrago, la rápida disponibilidad de una gran cantidad meteoritos que se podían encontrar con relativa facilidad en los lugares que eran fácilmente accesibles, llevo al rápido incremento de la colección comercial de meteoritos. Este proceso fue acelerado en 1997 cuando los meteoritos provenientes de la Luna y Marte fueron encontrados en Libia. Al final de la década de los años 90, se habían lanzado expediciones privadas de búsqueda de meteorito a través del Sahara. Aun así, algunos especímenes de meteoritos recuperados de esta manera también se depositan en colecciones para investigación, pero la mayoría del material se vende a los coleccionistas privados. Estas expediciones ahora han traído un número mayor de 2000 meteoritos clasificados encontrados en Argelia y Libia.
Cuando se corrió la voz en los países árabes sobre el beneficioso comercio de meteoritos, se crearon los primeros mercados de meteoritos, especialmente en Marruecos, apoyados por nómadas y gente local quienes escarbaron en el desierto en búsqueda de especímenes para vender. De esta manera, millares de meteoritos se han distribuido, de los cuales la mayoría no se tiene información sobre cómo, cuándo, o dónde se descubrieron. Estos son los llamados "Meteoritos del Noroeste de África".

Omán

 

En 1999, los cazadores de meteoritos descubrieron que el desierto al sur y el centro de Omán también era favorable para la recolección de muchos especímenes. Los llanos de grava en las regiones Dhofar y Al Wusta en Omán, al sur de los desiertos de arena de Rub al-Jali, habían rendido cerca de 2000 meteoritos a fecha de mediados de 2006. Entre éstos se incluyen una gran cantidad de meteoritos lunares y marcianos, haciendo de Omán una zona particularmente importante para los científicos y los coleccionistas. Las primeras expediciones en Omán fueron hechas principalmente por traficantes de meteoritos, no obstante los equipos internacionales, omaníes y científicos europeos ahora también han recogido especímenes.

Los meteoritos en la historia

Una de las principales teorías sobre la causa de la extinción masiva del Cretácico-terciario, que incluyó a los dinosaurios, es un gran impacto de meteorito. Ha habido una discusión científica sobre si otras extinciones importantes, incluyendo las del final de los períodos pérmicos y triásicos pudieron también haber sido el resultado de grandes impactos de meteorito, sin embargo la evidencia es mucho menor que en la extinción del final del Cretácico.
Un caso famoso es el supuesto meteorito de Chinguetti, un hallazgo que se presume proviene de una montaña de hierro en África.
Se tienen constancias escritas de que un emperador de la región del Sinkiang fue "envuelto en un poderoso fuego del cielo" alrededor del 600 a. C. Algunos autores citan a un cortejo nupcial en China en la misma fecha.
La única fatalidad conocida a causa de impactos de meteorito es un perro en Egipto que murió en 1911, aunque este informe aún está en disputa. Los meteoritos que cayeron sobre esta área fueron identificados de origen marciano en los años 80.
El primer caso moderno conocido de un meteorito espacial que golpea a una persona[19] ocurrió el 30 de noviembre de 1954 en Sylacauga, Alabama. El meteorito Sylacauga, una piedra condrita de 4 kilogramos,[20] atravesó la azotea y golpeó a Anna Hodges después de que entrara por su recamara y rebotara en su aparato de radio. Esto le provocó a la mujer una grave contusión en su cadera. Desde entonces, varias personas han afirmado[21] haber sido golpeados por "meteoritos", pero no se tiene constancia de que ningún meteorito lo haya hecho desde entonces.
A menudo los indígenas han apreciado en gran medida los meteoritos de hierro-níquel, como una fácil fuente de hierro. Por ejemplo, los Inuit han usado las virutas del meteorito de York para elaborar herramientas y puntas de lanza.

Fuente: Wikipedia

Tipos de meteoritos


Meteorito Kapper, hallado por Francisco Pascasio Moreno de 4 de abril de 1896 en Chubut, Argentina. Tipo metálico, masa 114 kilos. Colección del Museo de La Plata.
  • Aproximadamente, un 86% de los meteoritos que caen sobre la Tierra son condritas, los cuales adquieren su nombre de las pequeñas partículas redondas que contienen. Estas partículas, o cóndrulos, se componen principalmente de minerales de silicato que parecen haberse fundido mientras se encontraban flotando libremente en el espacio. Las condritas también contienen pequeñas cantidades de materia orgánica, que incluye los aminoácidos, y granos presolares. Típicamente, las condritas tienen 4.550 millones de años de antigüedad y se piensa que representan materiales del cinturón de asteroides que nunca conformaron grandes cuerpos. Al igual que los cometas, los asteroides condríticos son algunos de los materiales más antiguos del sistema solar. A menudo se considera a las condritas como los "bloques de construcción de los planetas".
  • Cerca de un 8% de los meteoritos que caen sobre la Tierra son acondritas, de las cuales algunas son similares a las rocas ígneas terrestres. La mayoría de las acondritas son rocas antiguas y se piensa que representan material cristal de los asteroides. Una gran familia de acondritas pudo haberse originado en el asteroide 4 Vesta. Otras se derivan de diferentes asteroides. Dos pequeños grupos de acondritas son especiales, ya que estos son más jóvenes y no parecen provenir del cinturón de asteroides. Uno de estos grupos proviene de la Luna, e incluye rocas similares a las que fueron traídas a la Tierra por los programas Apollo y Lunik. El otro grupo tiene una alta probabilidad de ser originario de Marte y son los únicos materiales de otros planetas que han sido recobrados por el hombre.
  • Alrededor del 5% de los meteoritos que caen son metálicos con pedazos de hierro-níquel tales como la kamacita y la taenita. Se cree que la mayoría de los meteoritos metálicos provienen del centro de algunos asteroides que alguna vez estuvieron fundidos en uno solo. Al igual que en la Tierra, el metal más denso estuvo separado del material de silicato y ubicado hacia el centro del asteroide, formando una base. Después de que el asteroide se solidificó, éste se fragmentó en una colisión contra otros asteroides. Debido a la ausencia de hierro en las áreas de hallazgos, tales como la Antártida, en donde poco o ningún material meteórico se ha encontrado, se piensa que aunque el hierro constituye aproximadamente el 5% de las rocas recuperadas, puede ser que realmente sean considerablemente mucho menos comunes que lo supuesto previamente.
  • Los meteoritos pedregoso-metálicos constituyen el 1% restante. Son una mezcla de los metales hierro-níquel y minerales de silicato. Se piensa que un tipo de meteorito llamado palasitas, se originó en la zona límite sobre las regiones base donde se originaron los meteoritos metálicos. Otro tipo de meteoritos pedregoso-metálicos son los mesosideritas.
Nota: Las tectitas (del griego tektos, fundido), son objetos de cristal natural de hasta algunos centímetros de tamaño, fueron formados —según la mayoría de los científicos— por los impactos de grandes meteoritos en la superficie de la Tierra, aunque algunos investigadores han favorecido un origen en la Luna a partir de eyecciones volcánicas. La teoría de un origen lunar para las tectitas ha perdido mucha de su credibilidad en las últimas décadas. * Las tectitas no son meteoritos.

Bólidos

Un bólido es un tipo de meteoro muy brillante cuya masa es superior a unos 10 gramos o su magnitud es inferior a -3 (generalmente se acepta que sea tan o más brillante que Venus o Júpiter). Al entrar en la atmósfera terrestre origina una gran estela que puede ser observada desde varios centenares de kilómetros de distancia sobre la superficie. Presenta la apariencia de una esfera de fuego en vez de un aspecto puntual o estelar. La estela luminosa que deja a su paso persiste un tiempo superior a las decenas de segundos y puede llegar a ser de varios minutos e incluso media hora. Llega acompañado de fenómenos acústicos como una explosión pudiéndose encontrar en ocasiones en el suelo algunos fragmentos del meteoro que resisten a la completa volatilización a su paso por la atmósfera. Cada año penetran en la atmósfera entre 50.000 y 100.000 bólidos.

Fuente: Wikipedia